he ido en bici hasta el parque de los pinos
y a los setos les huelen los troncos a resina,
cuando volvía para devolver el transporte,
el cielo estaba cambiando del día a la noche,
poco a poco se transformaba la intensidad del azul,
atravesando sus infinitas distintas tonalidades,
influenciadas por el reflejo del sol escondiéndose,
por las nubes, por los humos, por la carga atmosférica,
ocupado solo unos minutos hasta la oscuridad nocturna,
quiero pararme para ver mejor esos instantes de azul
apasionado mezclado con la perdida de luz,
y ver cuando aparece esa estrella que brilla insistente,
sola, aislada, pero su luz ocupa todo el espacio,
no tiene miedo de nada, y se muestra,
irreverente, lejana, presente, iluminada.
y a los setos les huelen los troncos a resina,
cuando volvía para devolver el transporte,
el cielo estaba cambiando del día a la noche,
poco a poco se transformaba la intensidad del azul,
atravesando sus infinitas distintas tonalidades,
influenciadas por el reflejo del sol escondiéndose,
por las nubes, por los humos, por la carga atmosférica,
ocupado solo unos minutos hasta la oscuridad nocturna,
quiero pararme para ver mejor esos instantes de azul
apasionado mezclado con la perdida de luz,
y ver cuando aparece esa estrella que brilla insistente,
sola, aislada, pero su luz ocupa todo el espacio,
no tiene miedo de nada, y se muestra,
irreverente, lejana, presente, iluminada.
Que gozada poder disfrutar de esas "pequeñas" cosas que a veces nos pasan desapercibidas, ¿verdad?.
ResponderEliminarEsta semana pasada aquí donde vivo hubo un atardecer que fué todo un regalo.
He estado leyendo sobre la educación basada en la conciencia, y me parece muy importante que su motor sea el hacer tomar contacto con lo imprescindible, como son nuestras emociones y aquellas cosas pequeñas que nos rodean y que este mundo material se empeña en hacernos olvidar para beneficio de sus cosas materiales y de aquellos que las producen.
Besos.
Si es que a veces nos perdemos los detalles más mínimos por las más mínimas tonterías, besines
ResponderEliminarBueno, Rosa, y lo mejor de esta experiencia es el tiempo de serenidad por el tiempo de meditación que dedican todas l@s estudiantes voluntariamente, y con ello consiguen desarrollar su creatividad, y al hacerlo en grupo se contagian un@s a otr@s, y nadie queda fuera. Besos pa ti también.
ResponderEliminarSi, son tonterías, Moni, porque perderse la inspiración que aporta la naturaleza es un poco triste, ella nos habla sobre lo esencial y vivo, besos y gracias por leerme.
Ayer estuve todo el día intentando dejarte un comentario y no me dejaba la palabra de verificación. Yo también tuve problemas con eso y la quité de miblog, directamente. Ala.
ResponderEliminarPues nada, te decía sólo que qué bonito cuando te das cuenta, simplemente, de la vida.
Besos.
oye Cris, que alegria me das, a mi también me pasa esto a veces, lo que hago es copiar el coment a word, porque no quiero que desaparezca la creatividad en un "no res" de fallo virtual, petonicos
ResponderEliminarLare ya espero la próxima,
ResponderEliminarclaro que las estrellas son candentes...
y aunque no lo creamos,
están dentro de nosotres
si las dejamos latir.
petons. Clem